Cómo aplicar la comunicación asertiva en la vida diaria
En la vida cotidiana muchas veces callamos lo que pensamos o lo expresamos de manera agresiva. La comunicación asertiva nos permite encontrar un equilibrio: decir lo que pensamos con respeto y firmeza.
1. Uso del lenguaje verbal y no verbal
El tono de voz, la postura y los gestos influyen en cómo recibimos un mensaje.
Ejemplo:
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Pasivo: “Si quieres… ¿me ayudas?”
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Agresivo: “¡Ayúdame ya porque siempre me dejas todo!”
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Asertivo: “Me gustaría que me apoyaras con esta parte para que terminemos juntos.”
2. Expresar necesidades con respeto
Ser asertivo implica defender tus ideas sin imponerlas.
Ejemplo:
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Pasivo: “No importa, yo hago todo.”
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Agresivo: “Nunca haces nada, eres un flojo
Asertivo: “Quiero que hoy te encargues de esta parte para repartir el trabajo de forma justa.”
Reflexión: La asertividad requiere práctica, pero mejora la confianza y evita conflictos innecesarios.
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